No es para cualquiera
Nos referimos a la orientación técnica en divisiones inferiores: a conducir a niños, preadolescentes y adolescentes. Más aún en los últimos treinta años; antes no era tan complejo. Quienes fueron niños y adolescentes hasta los ochenta comprendían la disciplina.
Comenzamos con este concepto porque es la clave de todo. A partir de un buen comportamiento, y hasta cierto grado de docilidad, se facilita el trabajo de los formadores. ¿Acaso se puede enseñar con éxito si los receptores son díscolos o están “en otra”? Definitivamente, no.
La difícil tarea del entrenador de “pibes”
En primer lugar debe transmitir con meridiana claridad las diferencias entre jugar al fútbol y jugar a la pelota. Una vez conseguido eso, tiene que desplegar todo un bagaje de conocimientos para enseñar “los primeros pininos”. Por ejemplo, en tal sentido, debe explicar (y mostrar) cómo se lleva el balón, de qué modo se pasa, cómo se le pega, cuándo es conveniente la maniobra individual y cuándo no.
Luego llega una etapa de la cual depende el futuro: acertar el puesto que más tenga que ver con la incipiente forma de jugar.
Son apenas enunciados. Eso y mucho más (como el manejo de situaciones sociales y familiares) hizo durante mucho tiempo Aldo Javier Rodríguez en el Sportivo Balloffet. Y fue exitoso porque contribuyó a la formación de muchos buenos jugadores y correctas personas.
Cada día, todos los días, “una gauchada”.
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Por Roberto Armando Bravo.
