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Su factura. Sírvase

El senador sanrafaelino Ernesto Sanz fue duramente criticado por algunos sectores del radicalismo, tras la cumbre de Gualeguaychú en la que impulsó una Alianza del partido que preside con el Pro. Los reproches arreciaron cuando perdió las P.A.S.O. frente a Mauricio Macri, y el jefe de gobierno porteño parecía haber quedado muy lejos de la pelea.
Pero el 25 de octubre se destrozaron los pronósticos: «40-30-20» repetían una y otra vez vaticinando los porcentajes que lograrían Scioli, Macri y Massa, en ese orden.
Resulta que, de los diez puntos que auguraban, la diferencia se achicó a dos y medio y posicionó muy bien a Cambiemos para el balotaje.
En el marco de este nuevo escenario Sanz pasó factura, especialmente, a los correligionarios comprovincianos que lo descalificaron, exhibiendo, fundamentalmente, el notable incremento de intendentes, concejales, legisladores provinciales y nacionales de la U.C.R. También gobernadores.
De la comparación con 2013, surge con meridiana claridad lo acertado de la estrategia aprobada en Entre Ríos y el trabajo que, provincia por provincia, departamento por departamento, Sanz realiza en toda la geografía nacional desde hace años para reposicionar al radicalismo, algo ya logrado independientemente de los resultados de la segunda vuelta.

Por Roberto Armando Bravo. 

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