Otro personaje ¡Y van…!
Néstor Víctor Olmedo era un muchacho muy respetuoso. Formaba parte de su educación y personalidad. Muy raro escucharlo tutear, por ejemplo, aun cuando conversara con alguien contemporáneo. Es más: el «Maestro», casi reverencial, hablaba de la consideración para con su interlocutor.
Reportajes
Para la gente de radio, para quienes hacían las transmisiones deportivas, era cuanto menos interesante una nota con el Yali. Es que, desde su rol protagónico, tenía muchas más certezas a la hora de opinar sobre desarrollo y jugadas puntuales. Además, era claro y sencillo a la hora de opinar.
Esa cortesía de Olmedo, esa consideración, no estaba exenta de algunas ironías. Claro que eran de esas que, por su ingenio, caían bien.
Una tarde, en que había errado varios goles «hechos», el reportero quería saber, casi de modo insistente, el o los motivos. Tal vez la situación rebasó la capacidad de absorción del crack Tricolor y sacó de la manga esta respuesta: «Sabe una cosa, maestro, me olvidé el shampoo y estuve pensando en eso todo el partido».
Una réplica tan talentosa como su forma de manejar la pelota, dar un gran pase o convertir un tanto impensado por la mayoría.
Por Roberto Armando Bravo.
