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Escuela de Fútbol

Antes de los años noventa, previo a que el cemento noqueara a los baldíos, los chicos aprendían a jugar al fútbol en las canchitas que abundaban en la periferia de la ciudad. Y no había entrenadores. Aunque parezca una frase de Perogrullo, aprendían jugando; imitando a los más talentosos y pícaros, dándole y dándole a la pelota.

1965. En la cancha de Deportivo Argentino, los chicos de la escuela “Olegario Víctor Andrade”. De pie: Luis Chivo Zúñiga, Fornini, Roberto Cuenca, Luis Canestrini, Chilín Ramos e Íson. Hincados: Juan Pulga López, Pechuga Oyarzú, Rafael Fali Sánchez, Osvaldo García y Fernando Labarta.

Sin embargo había Escuelas de Fútbol. ¿Cómo?, sí; las mismas escuelas donde enseñaban a leer, escribir, sumar, restar y demás.

Es que en los años sesenta (y antes) se desarrollaban los Campeonatos Intercolegiales. Los escolares eran seguidos con particular atención por espías de clubes de la LSRF que luego los tentaban para fichar.

Sucedió, por caso, con los pibes de la escuela “Olegario Víctor Andrade”; fueron a Las Paredes, entre otros, Luis Zúñiga, Chilín Ramos, Fernando Labarta y Roberto Cuenca. Por ejemplo, los dos primeros llegaron a Primera y se consagraron campeones en 1972/73.

Escuela “Olegario Víctor Andrade”, en Dorrego 324. En 1965, entre ella y la cancha de Deportivo Argentino había menos de 100 metros de viñas y frutales. Foto: Google Maps.

Otro caso es el del Pulga Juan López, el 8 que vistió los colores de Sportivo Pedal Club y Atlético San Luis.

Y sí; antes de los noventa ya había Escuelas de Fútbol.

Por Roberto Armando Bravo/Roberto Bravo.

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