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Don Bosco y la Liga Independiente del Norte

Parte de la historia de los Verdes, ilustrada con una foto coloreada a mano.

Años sesenta. El equipo del Club Don Bosco, con parte del Oratorio de fondo. El primero (vestimenta oscura) es el D.T./dirigente Antonio Rubio. Jugadores: entre otros, Mono Pérez, Julio Oliva, los dos hermanos Mur, Roberto Castro, Dallora y Eula. Con ropa clara, el Negro Oviedo. Los de casaca Verde hacen ostentación de balones y el travesaño parece vencido. Extraordinaria foto, coloreada a mano.

Los Santos. Bien pudo haber sido el apodo del Club Don Bosco. Es que, aunque fue una idea del Ejército Argentino con sede en Cuadro Nacional, fueron sacerdotes quienes tomaron la posta y le dieron impulso a los Verdes.

El primero fue el padre José Carrone. Una anécdota cuenta que solo los chicos que habían asistido a la misa del domingo podían jugar al fútbol: un sellito estampado en las manos lo certificaba.

Luego le sucedieron Andrés Széliga, Barros y Rafael Carlen (Chachón), todos unos guías espirituales para el club. Quedaron grabadas en las memorias distintas actividades recreativas como los campamentos.

Ahora, la participación en los campeonatos exigía una tarea a destajo de recordados directivos como Antonio Rubio (comerciante y cooperativista) y Antolín Antess.

La cancha es la que actualmente está delante del Oratorio Don Bosco, en Olascoaga y Segura. La hinchada se ubicaba en el sector cercano a las vías, debajo de una gran arboleda.

La gran mayoría de los jugadores eran de Pueblo Diamante y muchos trabajaban en La CAP, La Negra o La Colina, conforme se llamara la fábrica de Callao y Aristóbulo del Valle.

En distintos años de los sesenta, competían con clubes como Universo, 25 de Mayo, Colonia Elena, Martín Güemes, El Parque, La Nina, La Nora, Sol de Mayo, San Martín (La Llave Vieja), Los Claveles, Los Pinos, La Vasconia, Rama Caída, El Salvador (Cuadro Benegas), Los Andes y Los Bohemios (Capitán Montoya).

Aquellos torneos de la Liga Independiente del Norte, que por entonces presidía Alejandro Bonicelli, eran más largos que los de la LSRF. Con “partidos de Hacha y tiza”, como se usaba decir.

El Club Don Bosco, fue, verdaderamente, un sentimiento.

Agradecimientos: por ayudarnos a construir esta historia, a Virginia Bravo, Roberto Millán y los exjugadores Aldo Roberto Martínez y Cirilo Ortigoza (amigos son los amigos).

Por Roberto Bravo.

3 Comments

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  1. Recuerdo de los campeonatos infantiles, en que teníamos los equipos. nombres de indígenas.
    Algunos de los partidos se jugaban en el salón y eran televisados. Que santo días para los chicos..

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