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La protesta

1963. Última fecha del torneo de la LSRF. Deportivo Goudge triunfó en La Llave, conservó el punto de diferencia con Huracán y se consagró bicampeón. ¿Realmente ganó el campeonato? No. Fue para Huracán, a quien el Consejo Federal otorgó dos puntos por una protesta contra Sportivo Pedal Club (indebida inclusión del mendocino Efraín Medina -dos pases en el año-).

Durante este más de medio siglo hubo otras protestas; algunas hicieron mucho ruido. Por caso, las de 1974 que provocaron que (por única vez en 87 años de historia) un campeonato de la LSRF fuera declarado desierto y se suprimiera el descenso.

En el fútbol Federal hay protestas a la orden del día. La de Sport Club Pacífico a Huracán (Regional 1976 -una de las primeras-) tuvo nombre propio: el Caso Samaniego.

Cuarenta años después, en este 2016, prosperó otra de Huracán contra San Martín de Mendoza por el Federal “B”.

En el reciente Torneo de los Seis del fútbol local, donde estaba en juego asensos y descensos, Atlético San Luis igualó con Deportivo Malargüe 1-1. Los Albos protestaron los puntos porque el jugador Javier Granero no había presentado el certificado médico de aptitud al 30 de junio pasado. El Tribunal de Penas comprobó la transgresión y dio por ganado el cotejo a los de Urquiza 150.

Se alzaron voces contra la decisión argumentando que Granero estuvo en el banco de suplentes y no ingresó. Se hicieron sentir recordando un fallo contemporáneo que desestimó una protesta por ese motivo y sin duda sentó un precedente tras un partido Huracán – Sport Club Quiroga.

También tiene peso que el fallo ha defendido el espíritu de la reglamentación: todo jugador que integre un plantel debe tener buena salud (y demostrarlo) porque los inconvenientes se pueden presentar hasta en un entrenamiento.

Que las protestas benefician a uno y perjudican a otro es obvio. No es tan habitual que dañen a terceros. En este caso, el gran damnificado fue San Martín de Salto de las Rosas, al punto de pagarlo con el descenso. Y resulta inentendible que jugador y el club malargüino no hayan sido sancionados.

Al no ser requeridos por los árbitros los certificados médicos, previo a cada partido, flota un interrogante: ¿cuántos no lo tienen? Que no existan controles tampoco es saludable; también debilita al espíritu de la normativa. Hay que tenerlo en cuenta para 2017.

El resto es anecdótico: para algunos “los partidos se ganan en la cancha”; para otros, “los reglamentos se hicieron para cumplirlos”.

Por Roberto Armando Bravo.

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