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El Libertador

El 25 de febrero de 1778 (exactamente 238 años atrás) nació en la Reducción de Yapeyú, Corrientes, (a orillas del río Uruguay) José de San Martín. Fue el menor de cinco hermanos del matrimonio de don Juan de San Martín y Gregoria Matorras.

Convertido en militar, se lo llamó el Libertador por haber comandado las acciones más importantes de la Guerra de la Independencia Hispanoamericana en el sur del continente. Moriría exiliado en Boulogne-sur-Mer (Francia) en 1850 a los 72 años de edad.

Algo no cierra. ¿Exiliado después de convertirse en padre de la patria chica y grande?

Y sí. La historia tiene más de una versión al respecto. Una habla de un presidente Bernardino Rivadavia miedoso de que San Martín recalara en Buenos Aires y le hiciera perder brillo. Cuenta que el primer mandatario nacional le mandó un mucamo para espiarlo y que interceptaba toda su correspondencia. A tal punto llegaban los celos de Rivadavia que dejó de enviarle fondos por lo que no pudo culminar la gesta libertadora dejando todas las decisiones posteriores en manos de Simón Bolívar.

Otros historiadores aseguran que hubo desencuentros con el líder venezolano por el futuro de Guayaquil, motivo por el cual San Martín decidió irse.

Tal vez las dos hipótesis tengan parte de razón. Lo que nadie jamás podrá entender como racional es por qué San Martín murió en el exilio lejos de las tierras que supieron de su valentía y patriotismo sin límites.

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Por Roberto Armando Bravo.

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