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Panorama complicado

Por estos días es natural observar que los niños -muy chicos en algunos casos- utilizan teléfonos celulares con mucha asiduidad. Los grandes se sorprenden por la naturalidad con que los manejan ya que, a veces, ni ellos mismos descifran su funcionamiento.

El título de esta nota envuelve a respuestas de algunas preguntas como ¿por qué el niño debe tener un celular? o ¿cómo se puede medir su uso? o ¿esto puede cambiar? Estos interrogantes no podrán ser descifrados a menos que las personas mayores asuman el compromiso que les cabe.

Lejos de exagerar, lo que se intenta plantear en estas líneas es que existen momentos en la vida para usar/hacer ciertas cosas.

En la niñez la persona debe ser más que nunca un ser social, ya que en esa etapa comienza a crear lazos más fuertes con los que están a su lado; sean mayores a ella o no. Con el celular, difícilmente pueda lograr una relación verdadera ya que, más bien, se limitará a una fría y casi irreal.

Además, y no menos importante, los niños no tienen una agenda muy cargada en sus vidas; apenas si los dejan salir a la esquina a comprar, mientras un grande los mira desde la vereda de enfrente -si se tiene esa suerte-. Uno se pregunta entonces ¿es necesario que tengan un móvil?

La imaginación, la inventiva de crear y la ambición de explorar nuevos “mundos” (subirse a un árbol, o jugar en la plaza por citar algunos ejemplos), se ven frenadas por una pantallita que “ya viene con todo hecho”. El niño se limita a lo inventado por otro y no hace funcionar su cerebro en pos de crear o descubrir; se aletarga y no avanza en su crecimiento a través de experiencias vividas.

Algunos padres con interés por el tema, solo les dejan usarlo en ciertos momentos de la semana, para que no interfiera con sus estudios o en su relación con sus pares. Una parte, encuentran en ellos una herramienta de distracción que les quita responsabilidad para con los menores. Otros, no saben cómo negarles el uso a sus hijos ya que las modas o costumbres a veces son más fuertes.

Bien por los que pueden ejercer un control. Los demás, sería importante que se replantearan cambiar esto; por el bien de sus hijos, de ellos mismos -les será más fácil educarlos- y de las futuras generaciones: si no, el mundo estará cada vez más “conectado” y a la vez más distante.

Por Roberto Bravo.

2 Comments

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  1. En realidad la tecnología avanza en progresión geométrica, cuyo valor de la razón constante se desconoce. Ahora bien, desde la invención del teléfono por Antonio Meucci y últimamente acoplado a la tecnología informática, las innovaciones han sido extraordinarias. Sin lugar a dudas, serán los estudiosos del comportamiento humano quienes tengan el trabajo de adecuar éstos avances a la siempre complicada psicología humana.

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