in

El padre de la criatura

“¡Cómo se castigaron!”, le dice a un periodista que acaba de disfrutar del almuerzo convidado por la dirigencia de Independiente en la previa del partido. “¿No comió usted?” le pregunta el comensal; “No, no puedo”, contesta.

Una vez iniciado el encuentro, y a medida que avanza el tiempo de juego, el periodista se da cuenta el motivo por el que Flavio Guardia -de él hablamos- no comió: no podría aunque quiera; los nervios lo comen (valga el juego de palabras) y vive de forma tan intensa el partido que en ese estómago no cabría ni una migaja de pan.

Con la hinchada de fondo. Flavio Guardia en la previa de la Final de vuelta ante Las Paredes.

En el primer tiempo da indicaciones efusivamente, sobre todo a los defensores, para que ajusten la marca a Javier Barroso, movedizo delantero del Aviador. 

Hicimos un sacrificio muy grande durante todo el año para poder soñar con esto. Flavio Guardia – D.T. de Independiente Calle Larga.

En el complemento, y con la ventaja de dos goles, ya no da tantas órdenes pero tampoco se relaja: camina de un lado a otro, con la mirada fija en el césped, como un oso polar encerrado en una jaula de estas latitudes del mundo.

Tampoco se relaja con tres hombres de más y el resultado 5-2; junto con su hermano (Ramiro, parte del cuerpo técnico) le pide a los chicos que se treparon al alambrado, a diez del final, que se tranquilicen y esperen: aún no termina.

Ayudó mucho la tranquilidad que da un grupo de dirigentes fenomenal. Flavio Guardia – D.T. de Independiente Calle Larga.

Recién con el tiempo casi cumplido y una hinchada ansiosa por saltar al campo a festejar, levanta el puño izquierdo y lo mueve en el aire como si estuviera preparándose para tirar unos dados.

Tras el pitazo final de Luis Damián Martínez, camina al campo de juego. Se abraza con sus colaboradores y con el correr de los minutos, cuando le cae la ficha de lo que han logrado, es invadido por la emoción; llorando, se saluda con familiares, jugadores, y allegados.

Claudio Poggi fue fundamental para que el equipo jugara una gran cantidad de partidos (cinco) en poco tiempo (veinte días). Flavio Guardia – D.T. de Independiente Calle Larga.

Desahogo. Guardia se abraza con un allegado y llora de emoción.

Luego, algo más calmo pero con los ojos aún brillosos, habla con InfoBravo y dice: “esto es para toda la gente que nos siguió, para los jugadores que se sacrificaron y se mataron, para los dirigentes que estuvieron todo el año y especialmente para mi viejo, que hoy no lo tengo pero siempre me acompañó”.

El partido con San Luis en Huracán fue muy importante desde lo anímico y un envión muy fuerte. Flavio Guardia – D.T. de Independiente Calle Larga.

No se olvida de sus otros familiares (que lo acompañan cada vez que juega el Rojo) y hace hincapié en su madre: “hoy (el domingo) es su cumpleaños y creo que le hemos dado una gran alegría”, indica.

Finalizando la charla, y desinflado por tanta emoción, reconoce que aún no piensan en la “A” porque “nos enfocamos en esto”.

Ya habrá tiempo de pensar en el próximo paso del nene porque, en definitiva, al equipo Rojo hubo que gestarlo prácticamente. El padre de la criatura está orgulloso de ella; como Andrés, que desde algún lugar debe estar sacándoles fotos a Flavio y Ramiro o escribiendo una crónica de la Final.

Por Roberto Bravo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

La terna para Huracán – San Martín

La campaña del Rojo