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Nombres nuestros

Los sanrafaelinos siempre tuvieron reparos respecto del nombre impuesto a la Terminal de Ómnibus de San Rafael. Desde la inauguración misma se alzaron voces críticas para con la idea de bautizarla Néstor Kirchner. Ya por entonces (hablamos del año 2011) se objetaba la gestión del santacruceño. Pero gobernaba Cristina Fernández viuda de Kirchner por lo que desde otros ámbitos de poder no había objeciones a las decisiones de la señora. 

Pasó el tiempo y este año el tema se puso sobre el tapete. Un proyecto para cambiar el nombre presentado por concejales del radicalismo debió ser considerado por el Concejo Deliberante. La votación estuvo tan dividida como dividido está el cuerpo legislativo: seis ediles oficialistas y otros tantos opositores. Así las cosas, tuvo que definir el voto (doble) del presidente que decidió apoyar a sus compañeros del Frente Para la Victoria por lo que la propuesta de cambio no cambió.

Quedaron algunas sensaciones como que hubo mucha gente disconforme con lo sancionado, que existió bastante de Disciplina Partidaria en el voto peronista y que, si fue así, no supieron interpretar el pensamiento mayoritario que no estuvo regido por las tan mentadas motivaciones políticas. Eso sonó a argumento para disimular el mal trago de apoyar algo que antes convencía mucho y hoy muy poco.

Las obras son un símbolo del progreso de los pueblos. La pujanza de los sanrafaelinos forjará muchas. Para las próximas inauguraciones habrá que tener más sentido localista. A nuestra historia la forjaron pioneros que nos enorgullecen; contamos con ciudadanos ilustres elegidos por el propio CD de 1989 a esta parte.

Nombres con sentido de pertenencia, se necesitan.

Por Roberto Armando Bravo.

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