En 2013, la Directora General de Escuelas de la provincia de Mendoza, María Inés Abrille de Vollmer, decidió, mediante la resolución 445, desterrar el sistema de amonestaciones como sanción disciplinaria.
La medida dejó a profesores y preceptores sin una herramienta imprescindible para mantener el orden y abolió un principio rector de la educación: el de premios y castigos.
“No podemos hacer nada”, “tenemos las manos atadas” fueron las amargas frases con que los docentes expresaban su impotencia.
A menos de dos meses de dejar el cargo, la titular de la D.G.E. “endureció” las sanciones dejando en manos de profesores y preceptores la aplicación de las faltas consideradas leves, moderadas e intermedias.
Entre ambas medidas, la Dirección de Escuelas distribuyó cuadernillos de Educación Sexual con imágenes de sexo explícito lo que generó un fuerte rechazo de la comunidad educativa en general sin que la D.G.E. esbozara justificación alguna (algo así como “si te gusta, bien…”)
De origen menemista, entre 1987 y 2003 Vollmer fue Ministra de Educación, Desarrollo Social y Legisladora de los gobiernos provinciales. A partir de allí saltó al plano nacional siendo designada como Subsecretaria de Desarrollo Social y Viceministra de educación, entre otros cargos.
De vuelta en Mendoza, recaló nuevamente en lo que, a la sazón, es el Ministerio de Educación de Mendoza.
Se dice de la Directora que tiene formación y currículum envidiables. Se dice, también, que sus acciones debilitan tal reputación.
Por Roberto Armando Bravo.
