Hay normas legales que a través de los tiempos desequilibran los platillos. Son muchas. ¿Una? la de los aportes jubilatorios.
Desde hace algunos años, quienes trabajaron en negro acceden a la jubilación: lo que les faltó aportar se les descuenta pero tienen acceso a un haber y cobertura de salud. Bien por ello. Pero también acceden al beneficio quienes aportaron poco o nada. Mal por ello.
E injusto respecto de otra franja que, aunque menor, también incluye a trabajadores. Es gente que aportó más de lo que debía: en la mayoría de los casos por simultaneidad. A la hora de la liquidación, apenas si hay una ponderación insignificante. Prácticamente esos años no se tienen en cuenta.
La pregunta, que se cae de madura, es ¿por qué se descontó (y descuenta) si luego no se va a tener en cuenta?
La situación excede lo justo y muestra un estado abusivo.
Por Roberto Armando Bravo.