Uno de los fundadores del Sportivo Pedal Club fue Francisco Postigo. Su nieto, Osvaldo, cuenta:
“Mi abuelo vino en la panza de mi bisabuela, en barco desde España. Por la epidemia de cólera, en el Puerto de Buenos Aires los desviaron hacia el Estrecho de Magallanes, y desde allí fueron a Chillán (Chile), donde nació”.
“Tiempo después, toda la familia cruzó la cordillera de los Andes a lomo de burro y llegó a San Rafael”.
“Aquí creció y se hizo de amigos a los que les gustaba la bicicleta, como Alberto Herrero, fundando el Club Ciclista El Pedal que, fusionado con River Plate, dio nacimiento al Sportivo Pedal Club”.
“Ese hecho del 14 de abril de 1924 se produjo en la bicicletería de mi abuelo, en la calle Pellegrini al 65”.
“Él integró la primera CD junto a Graciliano Trimiño, Celestino Schiavonne, Diego Tercero, Juan Taboas Torricella y Félix Arnedillo, el primer presidente”.
“Mi abuelo se casó con una sanrafaelina: Elsa Cordón, integrante de una familia pionera de Las Paredes. Al final de los años veinte, decidieron buscar otro destino”.
La anécdota
Osvaldo cuenta: “Porque Salta tenía una muy buena economía, porque soñaba con el Tren de Las Nubes que se estaba construyendo, mi abuelo quería ir allí. Pero a mi abuela le gustaba Bahía Blanca”.
“Don Francisco dijo a doña Elsa: ‘Escribimos los nombres en papelitos y vamos a donde salga’. Y, en el sorteo, salió Salta. Sorteo que no fue tal porque en ambos papelitos había escrito Salta…”.
“En Salta abrió la bicicletería El Pedal y, para darle impulso al ciclismo, en 1931 se lanzó a la aventura de organizar y patrocinar una competencia ciclística para celebrar el Día del Trabajador”.
“Así surgió la clásica 1° de Mayo, la competencia más antigua de Sudamérica que, ininterrumpidamente, se corre desde entonces en un circuito urbano, convocando a miles de personas”.
Los colores
Contaban los Trimiño que Honorio propuso fueran los de la bandera de Francia. Contrariamente a lo que sucede en circunstancias similares, hubo coincidencia.
La cancha
En 1924, la cancha de Pedal estaba en un baldío dentro de lo que hoy sería el perímetro que conforman la avenida Sarmiento, y las calles Gutiérrez, San Juan Bosco y Avellaneda.
La entrada era un callejón angosto por Sarmiento. Los arcos estaban al este y al oeste, y tenía un palco, con cinco escalones de madera, de unos 20 metros de largo.
Como cierre perimetral se colocaban bolsas de harina pintadas con cal para que, el que no pagaba la entrada, no veía el partido.
En el final de esta primera entrega, un agradecimiento muy especial a nuestro amigo Víctor Carribale Cordón, primo de Osvaldo Postigo, que hizo posible la entrevista.
Por Roberto Bravo.
