Así como la maestra con sus alumnos, los directores técnicos de fútbol también cuentan con sus preferidos.
Lógicamente tienen mayor incidencia las condiciones, aunque, tan importante como ellas, está la suma de disciplina, contracción al trabajo, obediencia táctica, serenidad y viveza bien entendida. ¡Qué técnico no va a querer un jugador así!
Un jugador así fue Hugo Silvestre Pavez. Además de tener cara de bueno y ser bueno, Hugo “cumplía con los requisitos”.
Vamos por parte
En lo futbolístico aunó inteligencia y destreza; fue de esos que, por su ubicuidad, parecía que no corría; parecía, no más. Rindió por igual como volante ofensivo, enlace o mediapunta, siempre inquietando y llegando al gol.
Respecto del otro “combo”, Pavez fue un muchacho muy disciplinado al punto que, en 1985, recibió la distinción que entregaba la Liga Sanrafaelina de Fútbol al jugador “más correcto”. Un verdadero honor.
Hugo Silvestre Pavez debutó en Pedal en 1982, aunque recién tuvo continuidad en las temporadas 1984 y 1985 con muy buena performance en el Provincial de ese último año.
Del ’87 al ’89 estuvo en Guaymallén y en 1990 en Atlético Club San Martín, para volver a los clubes sanrafaelinos en el ’91. Aquí supieron de su capacidad Tricolores, Huracán, Deportivo Argentino y Las Paredes.
Completito el muchacho.
Por Roberto Bravo.