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Falta vocación

Hay trabajos relacionados con la prestación de servicios que requieren, además de idoneidad, vocación.

Es de suponer entonces que, por ejemplo, maestros, enfermeros y policías cursan los estudios correspondientes con el plus que da esa preferencia.

En el caso de los uniformados, inconductas crónicas, invitan a repasar las condiciones para el ingreso. Queda al descubierto la falta de aptitud en el festejo a los tiros la pasada Nochebuena en Guaymallén o la presencia de un par de uniformados en un boliche (con los patrulleros en la calle sin ocupantes). Y, si se trata de buscar, hay otros hechos anteriores filmados por los propios efectivos.

Dejando de lado esos escándalos, diariamente uno advierte actitudes descomedidas, cuando no autoritarias. Deben ser los menos ¡pero cuánto mal hacen a la imagen! Lo peor es que contagian porque, generalmente, sí tienen proclividad al liderazgo.

Que la policía no se convierta en un bolsón donde va  a parar cualquiera porque, cualquiera, no es policía.

Por Roberto Armando Bravo.

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