Los motivos que impulsan los precios hacia arriba se pueden dividir en dos grandes grupos: técnicos y humanos.
En el primero de ellos se inscriben las medidas económicas tomadas en los últimos tiempos. Así, Devaluación y Tarifazo se trasladaron a los valores produciendo un alza considerable. Otros factores, como los aumentos salariales producto de las negociaciones paritarias, aunque menor, también tuvieron incidencia.
El segundo grupo, factor humano, comenzó a operar antes de las variables citadas. A partir de noviembre pasado se iniciaron las remarcaciones por lo que vendría y, cuando eso se concretó, por lo que vino. Y, “por las dudas”, siempre fueron un poco más arriba de lo estimable.
El comportamiento alcista también se repite en circunstancias que nada tienen que ver con variables económicas. Bajo el encuadre de “cuestiones estacionales”, se amparan comportamientos especulativos. Así, verduras, frutas y hortalizas tienen verdaderos exabruptos por precios en determinadas épocas del año.
Igual proceder se pone de manifiesto con otros productos. Por caso, el último día del padre, los claveles -la flor para ofrendar de mayor demanda- aumentó 50% en pocos días. A quienes concurren al Cementerio para las fechas especiales, seguramente les pareció caro pero “Hace mucho que no compraba”, pensaron.
A los que concretan visitas periódicas, directamente les espantó que cada clavel pasara de $10 a $15 por unidad. O sea: además de los márgenes de ganancia existentes se sumó otro “estacional” que podría calificarse como escandaloso.
Definitivamente, la especulación es otra medida económica.
Por Roberto Armando Bravo.
