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EE.UU.: Ni novios, ni extraños

Tampoco hermanos. Los argentinos no le perdonaremos nunca a Estados Unidos que no fuera nuestro aliado en la Guerra de Las Malvinas. Aun cuando nos habían advertido que, por el pacto de la Otan, no lo harían. No entraremos en razones; que no nos vengan con “el que avisa no traiciona”.

¿Dónde quedó aquello de los “lazos sanguíneos” por vivir en el mismo continente? Sentir argento ofendido.

La visita de Barack Obama al país trajo al presente los noventa, el menemismo. Entonces, nació la frase “relaciones carnales” para reflejar lo profundo de la conexión de los ex presidentes Carlos Menem y George Bush.

Aunque el escenario no es el mismo,  aquella sentencia se actualizó. El desagradable latiguillo ya fastidia. Es que, continuando con las metáforas, para compatibilizar intereses no es necesario noviar.

Nosotros necesitamos el ingreso de sus capitales y no lo lograremos si no conversamos. Solo diálogo inteligente, maduro, de mutua conveniencia. No hace falta más. En todo caso un sutil coqueteo económico.

El resultado se verá en la balanza porque, aunque no sea cuestión de peso, tienen que bajar las importaciones y subir las exportaciones. Esa será la verdad inapelable más allá de las frases hechas.

Por Roberto Armando Bravo.

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  1. Son de lo peor esa gente. No nos ayudaron en Malvinas pero si a los invasores. Al igual que los «hernanitos chilotes»

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