Cuando se decidió entregar computadoras a los alumnos, las autoridades educativas deben haber pensado que tal aporte contribuiría a mejorar el nivel educativo.
Es que, básicamente, la herramienta posibilitaría y ampliaría el conocimiento.
Para tratar de comprobar si la implementación tenía correlato con los resultados, se hizo un relevamiento que comenzó en 2012.
Hoy, más de tres años después, la desazón ha invadido a quienes creyeron en aquella decisión. Resulta que los resultados, no hay juego de palabras, muestran un nivel similar o, en algunos casos, inferior.
Como conclusión final, los especialistas argumentan que no siempre el uso es adecuado ni satisfactoria la orientación docente.
¿Podrá corregirse?
Por Roberto Armando Bravo.