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Durmiendo con el enemigo

El Yali Olmedo debutó a los quince años en Pedal. Que ese fuera el club elegido no fue casualidad. Con origen en barrio El Molino, sus preferencias se inclinarían, inevitablemente, por Sport Club Quiroga o los Tricolores.

Tal vez fue importante la influencia de su primo Jorge Horacio Benegas: el Bamby había debutado en la Primera pedalina cuando Olmedo era un niño (diez años, más o menos).

Valga la introducción para fundamentar que Néstor Víctor Olmedo tenía hasta la médula de Pedal.

Pasaron 13 años

Lo que hubiera sido impensado por los ’70, se cumplió en la década siguiente: en 1988 Olmedo se fue a jugar a Huracán.

Seguramente la decisión fue impulsada por esas pequeñas rencillas, tan habituales dentro de los clubes, que terminan en enojos que parecen irreconciliables aunque el paso del tiempo los convierta en meras anécdotas. ¿Por qué nos calentamos?

Lo cierto es que el Yali estuvo una temporada en el Globito con la importancia de su fútbol pero sin sus destellos habituales.

1988. Néstor Víctor Olmedo jugando para Huracán.

Se miraban de reojo

En Huracán disfrutaban del juego de Olmedo hasta el momento en que recordaban que «era de Pedal»; ahí había competencia de ceños fruncidos. En Pedal, estaban confundidos: «No le sientan esos colores, va a volver».

Quienes apostaron a ello tuvieron razón; al año siguiente nuevamente era «el Víctor» de los Tricolores.

Por Roberto Armando Bravo.

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