Intuíamos que el clima para el partido de vuelta entre Unión Santiago (SdE) y Huracán no iba a ser el mejor. Olfato periodístico, si usted quiere, pero también había razones: la descortesía, por ejemplo, de dirigentes para con sus pares del Globo (José Musale: “el Presidente no me atiende el teléfono” al querer establecer los contactos lógicos que hubo antes del partido en San Rafael). Tampoco a nosotros, los periodistas, se nos atendió correctamente: infinidad de llamadas telefónicas desde el miércoles 3 a la mañana e intento de contactarnos (vía teléfono y redes sociales) por acreditaciones y cabinas de transmisión.
Valga lo citado como antecedente. Que, inclusive, entraría en el terreno de lo anecdótico. Anoche, cerca de las 23:00 H., mientras el plantel, cuerpo técnico y demás integrantes de la delegación de Huracán cenaban en el hotel, fueron agredidos con piedras y amenazados con un arma de fuego. Como consecuencia de ello, el entrenador de Arqueros, Ricardo Archambaulf, recibió dos puntas de sutura en la cabeza y varios jugadores debieron ser atendidos en el Hospital Público de La Banda (lugar donde se hospedan, a 7 km. de la ciudad de Santiago) con distintas contusiones.
Hecha la denuncia policial, los efectivos santiagueños aprehendieron a los conductores de una camioneta a quienes les secuestraron el arma (sería una “tumbera”).
El partido está en duda. Es obvio que las garantías serán muy difíciles.
Por supuesto que el estado físico y psicológico del plantel de Huracán no es bueno ya que era de madrugada cuando se acostaron y la situación caló hondo.
¿Se jugará?
Por Roberto Bravo.
