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Ayer se pudo

La violencia en el fútbol es una responsabilidad que nos cabe a todos los que estamos inmersos en ese pequeño “mundo”. Como la limpieza en las calles, el respeto entre los integrantes de la sociedad y una vasta cantidad de temas importantes, todos debemos aportar nuestro granito de arena para que las cosas vayan por el carril correcto.

En el fútbol, como en la vida en general, los periodistas debemos saber cómo expresar ciertas cosas para no herir susceptibilidades o no generar discordia con nuestras palabras. También debemos decir las cosas como y cuando hay que decirlas.

Los hinchas, con un papel que toman prestado cuando juega su equipo, deben comportarse como lo harían en su casa, en la calle, o en cualquier otro lugar de esparcimiento público, llámese, cine, recital, etc.

A los jugadores les cabe la obligación de brindar un buen espectáculo a la gente que paga por verlos, sin hacer gestos, sin simular ni generar “calentura”. En otras palabras, deben ser profesionales en su trabajo.

Los árbitros deben tratar bien a los jugadores, sin exceso de autoridad, imponiendo justicia con buena fe.

La policía, para finalizar con esta suerte de categorización, debe concretar su potestad cuando así se requiera, no porque sí; debe hacer sentir segura a la gente que va a la cancha y, algo menor, dejar trabajar libremente a los periodistas que estén acreditados como tales.

Ayer, en Deportivo Argentino, lo mencionado -o al menos una buena parte- se cumplió.

Sale Deportivo y explota su hinchada. Borovina y Gutiérrez saltan a la cancha entre serpentinas y papelitos. Más atrás, en la boca del túnel, José Rodríguez. Unos 500 simpatizantes académicos se hicieron presentes en Rodolfo Iselín y Belgrano.

Las dos parcialidades presentes se comportaron de una manera ejemplar; se dedicaron a disfrutar de un partido limpio y sin fricciones -atípico para ser una final-. Los jugadores intentaron jugar siempre, casi no hubo simulaciones y las pocas infracciones que se cometieron, no fueron de “mala leche”. El árbitro Carlos Damián Salinas y sus asistentes manejaron correctamente el cotejo, atentos a cada jugada, y prácticamente pasaron desapercibidos.

Miranda, Castillo, Hidalgo, Archambaulf, Alexis Miranda y Moyano, entre otros, festejan el triunfo junto a la hinchada “Cruzada”. La parcialidad visitante se ubicó detrás del arco norte.
Miranda, Castillo, Hidalgo, Gutiérrez, Archambaulf, Alexis Miranda y Moyano, entre otros, festejan el triunfo junto a su hinchada. La parcialidad cruzada -unas 90 personas aproximadamente- se ubicó detrás del arco norte.

La policía tuvo una tarde tranquila. Por lo mencionado anteriormente, solo debió hacer los “trámites” de rigor -como el cacheo- y observar las tribunas ante cualquier posible anomalía.

Ayer, en una final anual del fútbol sanrafaelino -con todo lo que eso significa- se pudo disfrutar de un lindo partido en donde la gente pudo compartir las gradas sin importar los colores de la camiseta. Fue un atractivo espectáculo.

Y, si ayer se pudo, por qué no pensar que mañana también.

Por Roberto Bravo.

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