Habían pasado casi dos años de la última vez que un grande se había presentado en San Rafael: el 24 de octubre de 1972 vino Boca Juniors enfrentando al Club Atlético San Luis en Sportivo Pedal Club. Mucho tiempo, teniendo en cuenta aquella hermosa costumbre que se repetía desde la década del ’30.
El parlante de Rafael Vargas (el recordado Rengo) recorría las calles informando día, hora, lugar y se explayaba citando a algunos de los cracks Azulgranas.
Y los nombres invitaban al fútbol nocturno en La fortaleza de Cemento: los bicampeones del ’72 Agustín Enrique Irusta y Jorge D’Alessandro (arqueros), Sergio Villar y Ricardo Rezza (defensores), Enrique Salvador Chazarreta, Roberto Espósito, Antonio García Amaijenda y Héctor Pitarch (volantes) y los delanteros Héctor Scotta y Juan José Irigoyen. El wing izquierdo era Oscar Ortiz, que se consagraría campeón del mundo en 1978.
Los nuestros
Eduardo Tazare; Ricardo Lara, Hernando, Aciar, Emilio Carricondo; Juan López (Rodríguez), Ángel Pietrelli, Juan Carlos Ureta; Carrasco, Salvador Spadano, Jorge Sierra.
Lo ganó el Ciclón 2-0. El primero, con un disparo espectacular, lo marcó el Tano García Amaijenda (lo de Tano solo se entiende por el folclore del fútbol, ya que García Amaijenda es español) y el segundo lo hizo Juan José Yrigoyen de penal, uno en cada tiempo.
Unos y otros brindaron un muy buen espectáculo, premiado con aplausos por la gente que llenó el estadio Tricolor.
Por Roberto Bravo.
Yo tenía 14 años cuando fui a ver ese partido, como buen hincha de San Lorenzo. Recuerdo al Gringo Scotta patear los tiros libres desde mitad de cancha directo al arco, ya que tenía una fuerza tremenda en sus disparos.
Y en ese campeonato, el Metropolitano del ’74, en qué San Lorenzo salió campeón, él fue el goleador.
Tengo el gusto de tener los autógrafos de todos los jugadores de esa visita del querido Ciclón.