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Vivir da otras oportunidades

No tiene mucho que ver con la edad. Hay momentos que viejos o jóvenes bajan la guardia. No quieren más. Interpretan como fracaso el fin de una relación sentimental, el trabajo perdido (o que no se encuentra), la relación de familia, la mala salud y hasta la falta de motivaciones.

Pues bien: hay una buena noticia para ellos. Todo eso se puede superar  solo con vivir.

El amor siempre está dando vueltas y puede volver a hacer historia con otros protagonistas.

Relacionado al trabajo perdido, un refrán reza: “Cuando una puerta se cierra, dos se abren”. Se da con mayor frecuencia que la imaginable. También, siempre está abierta la puerta de la primera vez: solo es cuestión de descubrirla.

No hay que enloquecer por los altibajos en la relación con los integrantes de la familia: los cambios generacionales han sido muy profundos y en muy poco tiempo. Afectan el vínculo de los mayores con los menores y hasta de los mayores (pareja) entre sí. De hablar para zanjar diferencias se trata.

Todas las enfermedades tienen cura. Está la medicina y sus avances prodigiosos y un remedio que no fabrica ninguna droguería llamado Optimismo.

Cuando existe desgano, seguro hay ausencia de alguna actividad o recreación que entusiasme. Es aconsejable pasar revista a aquellas cosas que alguna vez se quisieron hacer y que, por una u otra causa, se fueron postergando.

Todo se puede revertir. La única condición es vivir.

Por Roberto Armando Bravo.

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