Las sociedades son reacias a las variantes. En todos lados hay un perfil conservador en tal sentido.
Pero hay cambios que son necesarios.
Institucionalmente hablando, en 1916 se hizo una Constitución Provincial muy adecuada para esos tiempos según destacan juristas. Tanto que, cien años después, continúa siendo conteste con el propósito de su creación.
Pero Mendoza ha cambiado y mucho; un siglo después las diferencias son notabilísimas.
De modo que se justifica que, a lo largo del año, distintos sectores (convocados por la vicegobernadora y titular del Senado Laura Montero) hagan sus aportes para una reforma.
Se nos ocurre que no debe haber prurito al abordar el tema de mayor peso político: el de la reelección del gobernador. Tampoco en lo atinente a la relación Gobierno Provincial-Comunas respecto, por ejemplo, de la Autonomía Municipal y la representación departamental en la Cámara Alta.
Otro de los temas importantes, y que pondrá a la Carta Magna Provincial en línea con la Reforma Nacional de 1994, es el de los Derechos de los Consumidores.
Pero hay más. Surgirán a medida que se intercambien ideas y profundice el debate.
Por Roberto Armando Bravo.
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