En 2030 se cumplirán cien años del primer Mundial de Fútbol disputado: el de Uruguay 1930.
En 2030 deberá realizarse otra competencia ecuménica para la que ya hay candidatos. Dos de ellos son Argentina y Uruguay que estudian postularse conjuntamente esgrimiendo como motivo principal el del centenario.
Recientemente, la iniciativa fue considerada a los más altos niveles: los presidentes Tabaré Vázquez y Mauricio Macri la tuvieron en la agenda de su último encuentro. Los mandatarios hablaron de coincidencias en materia deportiva que no trascendieron.
Por diversos motivos, más allá de la hermandad de ambas naciones, sería muy bueno que se diera.
Por ahora, los pies en la tierra invitan a imaginar cómo generar recursos para invertir en obras de infraestructura, fundamentalmente en Uruguay. Sucede que allí hay un solo gran estadio: el Centenario de Montevideo con capacidad para poco más de 60.000 espectadores. El resto son muy chicos: El Parque Central (es el más viejo -Año 1900- y alberga 26.500) y el Luis Tróccoli (usado por Cerro) con lugar para 25.000 personas.
De este lado del «charco» están los estadios construidos (o refaccionados) para el Mundial ’78, que son más grandes y relativamente recientes. En todos los casos (aquí y allá) deberán adecuarse a los requerimientos de FIFA, fundamentalmente a partir de las medidas de seguridad para prevenir actos del terrorismo internacional.
Asimismo, se deben prever otras obras como carreteras, accesos y, tal vez, aeropuertos.
Por Roberto Armando Bravo.