Distintas áreas del Gobierno de la Provincia de Mendoza trabajan por una correcta interpretación del contenido de la llamada Ley Antiminera. Es que tiene algunos grises respecto de cuestiones puntuales como Sierra Pintada.
El Yacimiento Uranífero de San Rafael estuvo funcionando entre 1975 y 1997. En determinado momento, la actividad entusiasmó tanto que, las autoridades de entonces, inscribieron una leyenda en el Arco de entrada a San Rafael por Ruta Nacional 143. Decía algo así: “San Rafael, Tierra del Sol y del Uranio”.
Con el comienzo de los años dos mil, la toma de conciencia de los daños al medioambiente y la influencia de las agrupaciones ecologistas, instalaron en la sociedad razonables cuestionamientos por posibles filtraciones. El temor se sustentó en la cuestionada permeabilidad de los piletones donde se separa el uranio de la roca, cosa que, de ser así, contaminaría de ácido sulfúrico las aguas del Río Diamante.
Promediando la década, la sociedad se dividió en pro y anti. Los primeros minimizaron o directamente obviaron los potenciales problemas y los segundos asustaron comparando Sierra Pintada con Chernóbil. Nada que ver. En todo caso eso podría pasar en Lima (Provincia de Buenos Aries) donde están las Plantas de Atucha.
A punto tal llegó el desencuentro que la previsible judicialización impidió la Remediación de Pasivos, es decir sacar las colas de uranio que representan un peligro latente.
A fines del año pasado, la Suprema Corte de Justicia de Mendoza declaró la Constitucionalidad de la Ley 7.722 (Antiminera). La pieza legal prohíbe la actividad minera en todo el territorio provincial y, al hacerlo, también veda el uso de los medios químicos para la Remediación.
Existe un vacío legal que debe ocuparse con reglamentación. La sismicidad de la zona (usada como argumento en favor de la prohibición) también puede provocar rotura de los tambores repletos de colas de uranio enterrados en el predio.
Se impone que las partes fundamenten razones para que la gente esté correctamente informada y peticione en consecuencia, cosa que, hasta ahora, no ha sucedido.
El 7 de mayo de 2016 escribimos esto al respecto: Tarea inconclusa.
Por Roberto Armando Bravo.
Foto: tomada en la CNEA San Rafael, el 30 de octubre de 2007.
