Hacia finales de la década del ochenta surgió una camada de jugadores brillantes; varios venían “pidiendo pista” desde hacía algunos años pero, claro, en Primera habían muchos y buenos con un agregado: la experiencia.
En 1988 la 39na edición de la Copa Adrián Beccar Varela se jugó con selecciones Sub-19. La Liga Sanrafaelina de Fútbol acertó en la contratación del D.T. Luis Martín, a quien acompañó otro especialista en Cebollitas como el Gaucho Aldo Javier Rodríguez.
Y el Brasilero formó una escuadra que hizo historia y estuvo muy, muy cerca de conquistar lo que habría significado el primer Campeonato Argentino de Fútbol para San Rafael, tanto que fue eliminada en el pase a semifinales por Río Negro y por diferencia de gol.
Repasando una de las formaciones habituales, uno interpreta que estuvieron los mejores de cada puesto que, además, se acoplaron de muy buena forma al juego colectivo.
Hubo una columna vertebral que se cimentó a partir de la seguridad de los zagueros centrales (Ariel Rueda-Gustavo Bernardeau) bien complementados por los laterales; un mediocampo con el ida y vuelta del Turquito Talips, la firmeza de Roberto Carrizo y la claridad de Pepino Ávila para generar y, adelante, la contundencia de Marcelo Perruzzi y Jorge Carrizo quedó plasmada en goles y más goles, algunos inolvidables por la factura.
En ese torneo los pibes (los nombrados y otros) sacaron cédula de mayoría de edad. Fue un buen momento, un gran momento para “el balompié local”.
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Por Roberto Armando Bravo/Roberto Bravo.
