Apenas a escasos diez días de asumir el 10 de diciembre de 2007, el entonces gobernador Celso Jaque reemplazó en su cargo a la titular de la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas, Patricia Giménez, funcionaria designada por el antecesor de Jaque, Julio Cobos.
La Directora había tenido el Tupé de realizar mediciones superiores a las cifras del INDEC Nacional.
En setiembre de ese año, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos había informado que la inflación en Mendoza arrojaba una suba de 0,8%. El DEIE difundió otra: 1,7% (más del doble). Aun a sabiendas de la manipulación en los Índices de Precios al Consumidor que hacía el Gobierno Nacional, el malargüino tuvo un acto de Obediencia Debida. Naturalmente también lo tuvo quien le precedió en el cargo: Francisco Pérez.
A poco de jurar como gobernador el 10 de diciembre de 2015, Alfredo Cornejo anunció que Mendoza volvería a contar con su propio índice del costo de vida. Así fue en este 2016 y, aunque casi diez años después, promediando junio se informó que el IPC provincial de mayo fue del 5,09; el INDEC midió para el país 4,2%.
El mes siguiente (junio) arrojó para Mendoza un incremento del 2% mientras que, a nivel país, el INDEC estimó 3,1%. Las diferencias reflejan que cada lugar tiene sus particularidades. Es necesario, entonces, el funcionamiento de la DEIE para continuar transparentando las variables económicas.
Dentro de un tiempo también se sabrá el nivel de desocupación y, aplicando el mismo criterio usado para diferenciar lo nacional de lo provincial, sugerimos que, en lo mediato, el sur mendocino cuente con sus propios índices de costo de vida y falta de trabajo.
Por Roberto Armando Bravo.
