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Pileta vacía de sueños

El puente. Lugar elegido para tomar sol.

Los clubes cumplen un rol social, más allá de lo estrictamente deportivo. A ellos concurre la familia, los grupos de amigos y demás personas, aun, cuando no se identifiquen sentimentalmente con él. En el verano, ante el agobio que provoca el calor, más se apersonan si hay pileta. Esto pasaba, hasta hace algunos años, en el Club Huracán.

La familia se acercaba en las siestas/tardes de verano a refrescarse a la pileta de avenida Mitre 2461. Ese predio verde, con quinchos, churrasqueras y mucha sombra, invitaba a disfrutar de un momento con los de uno. Los niños, emocionados, también tenían su lugar: la piletita.

Al comenzar diciembre, empezaba la colonia de vacaciones y los menores disfrutaban, especialmente los que iban por primera vez, al hacerse nuevos amigos.

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1969. En el puente, dentro y fuera de ella, la gente disfrutaba de la pileta del Club Huracán.

En la actualidad la situación es totalmente distinta: ese lugar, que en sus mejores épocas reunía a más de mil personas, está abandonado. El verde que reinaba, hoy es un yuyal; la pileta tiene agua en su parte más honda, pero de lluvia; el trampolín, ya no existe; el mítico puente extraña a la gente sentada en él, y las duchas ya no dan escalofríos a pieles calientes por el sol.

La parte más profunda. Hasta una cierta altura, está llena de agua de lluvia.
La parte más profunda. Hasta una cierta altura, está llena de agua de lluvia.

Las cosas han cambiado y en esta nota el presidente del Club, José Musale, nos cuenta los motivos.

¿Por qué no se puede abrir la pileta?

El mayor problema es la gran capacidad que tiene: son siete millones de litros. Además es muy profunda ya que, más de la mitad, tiene siete metros de hondura. Esto genera un costo diario que es impensado afrontar -principalmente para clorarla- por más que concurran muchas personas. Otro inconveniente es la maquinaria que hace funcionar a la pileta, ya que tiene cuarenta años y debe ser renovada. Además, y no menos importante, se necesita mucha gente para el mantenimiento.

El puente. Lugar elegido para tomar sol.
El puente. Lugar elegido para tomar sol.

¿Existe alguna solución para estos problemas?

Hay una comisión que está trabajando en el tema. Esperamos que dentro de un año se empiece a trabajar en el rellenado de la pileta: la idea es quitarle capacidad en algunos sectores para así bajar los costos de mantenimiento.

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Vista desde la parte más panda de la pileta.

¿Por qué se cerró?

Porque el club comenzó a sentir el costo del mantenimiento. En los últimos diez años se ha abierto y se ha cerrado. Hace cinco años se cerró definitivamente.

El parque que rodea a la pileta, actualmente.
El parque que rodea a la pileta, actualmente.

En todo este tiempo, ¿la pileta ha sufrido deterioro?

No, la pileta en sí está en perfectas condiciones. Lo que está muy deteriorado son los equipos de filtrado y las bombas por la antigüedad y uso que tienen.

Es una deuda que tenemos con todos los huracaneros. José Musale – presidente de Huracán.

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La ducha. El paso del tiempo y el desuso la han deteriorado.

Hace un par de años se intentó abrirla nuevamente ¿Por qué no se concretó?

Arreglamos la mampostería de alrededor de la pileta y cuando revisamos las bombas y filtros, nos dimos cuenta de que era imposible para las arcas del club poder hacer frente a ese gasto; además del tema del agua. Es una deuda que tenemos con todos los huracaneros.

En las mejores épocas entraban más de mil personas. La familia compartía todo el día y realmente
era un ejemplo. José Musale – presidente de Huracán.

El Presidente destacó, también, que “antes existían pocas piletas; hoy en día hay muchos clubes y sindicatos que brindan ese servicio. Además, hay que tener en cuenta que mucha gente tiene una en su casa. Estos aspectos traerían una merma en la concurrencia a la nuestra”.

Pueda ser que se encuentre una solución a este problema, antes de que se pierda una de las mejores piletas de San Rafael. Hoy, no solamente no tiene agua; tampoco hay gente, niños jugando ni familias disfrutando. Eso es, verdaderamente, una lástima.

Por Roberto Bravo.

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