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Me tengo que volver a casa

Tiempo atrás, unos universitarios neoyorkinos le preguntaron a Barack Obama si iba a extrañar mucho ser presidente. Respondió más o menos así: “Por supuesto; no hay nada que me guste más; sería presidente por el resto de mis días pero en noviembre ʻI have to go home”.

Lo dijo con resignación pero también con convencimiento. Es que en un país con más de 200 años de Democracia hay cosas que no se discuten. Si un mandatario termina su segundo período nadie saldrá a militar por su re reelección.

Hay un respeto absoluto por la Constitución que, en 1951, decidió que ninguna persona puede ser elegida para el cargo de presidente más de dos veces.

De todos modos, antes de esa enmienda, únicamente Franklin Delano Roosevelt estuvo doce años en el poder (1932/44).

Más aún: quienes llegan a la primera magistratura, raramente vuelven a competir por otro lugar dentro de la estructura de poderes (por caso, el Congreso).

Obama ya adelantó que, continuando con la tradición, creará una Fundación; un gesto que se interpreta como un agradecimiento a la sociedad por el apoyo recibido.

No se sabe si escribirá su autobiografía, algo que sí hicieron varios de sus antecesores y les reportó importantes ganancias.

Algo está claro: no volverá a la Casa Blanca.

Por Roberto Armando Bravo.

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