Hoy, hace un año, San Martín de Salto de las Rosas vivió la alegría del ascenso después de 16 años. En Villa Atuel, igualó con Atlético Pilares y retornó a la “A” ver Lo sacó de la Galera.
Ya en 2016, sin grandes refuerzos, exhibió un equipo competitivo, a la altura de los de Primera. Es más: en las fechas iniciales sorprendió liderando. Estuvo muy cerca de clasificar a la Zona Campeonato pero el cuarto puesto (compartido con Deportivo Argentino) lo obligó a disputar la Permanencia.
Cambios de entrenadores, bajas de jugadores (por lesiones y/o expulsiones) produjo un bajón en el rendimiento y, consecuentemente, en la cosecha de puntos.
Para la parte final hizo el gasto e incorporó a Javier Devia, Iván Martínez y Fernándo Farina, aunque, seguramente, lamentó la ida a Sportivo Pedal Club de Saulo Reveco.
Hasta el partido con Constitución parecía que se quedaba. Parecía; esa derrota lo condicionó. Aunque mucho más lo limitó el fallo que otorgó dos puntos a Atlético San Luis.
Es que, de pasar a definir en casa la permanencia ante Cuadro Benegas, quedó en una posición dónde ya no dependía de sí. Bronca. Mucha bronca con la determinación.
Tras la derrota ante los Mirasoles (3-4) uno de los D.T., Raúl Escudero, dijo que durante la semana no se había trabajado bien. “El ánimo por el piso”. No obstante dejó todo.
El epílogo fue muy digno. La gente del Salto aceptó las circunstancias deportivas; jugadores, cuerpo técnico, dirigentes y simpatizantes agacharon la cabeza y hasta les dio para saludar al adversario.
Ni un desmán. Tampoco histeria y lágrimas exageradas porque, cuando se siente de verdad, se llora en soledad. Entereza que le dicen.
Uno sabe que las palabras no tienen fuerza para torcer la realidad. Aun así, uno está convencido que, íntimamente, todos ellos saben que cumplieron y ya planean el operativo retorno.
Felicitaciones Club General San Martín de Salto de las Rosas. También las merecen los que saben perder.
Por Roberto Armando Bravo.
