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Juan Manuel Belgrano

En el Día de la Bandera Argentina, su máxima creación, extraemos de la historia algunas de las frases célebres del prócer que hizo un culto del honor.

A quien procede con honradez, nada debe alterarle.

El honor y el premio son resortes para que no se adormezca el espíritu del hombre.

El miedo sólo sirve para perderlo todo.

El modo de contener los delitos y fomentar las virtudes es castigar al delincuente y proteger al inocente.

No importa saber la vida de cierta clase de hombres que todos sus trabajos y afanes han sido para sí y ni un solo instante han concedido a los demás; pero la de los hombres públicos, sea cual fuere, debe servir de ejemplo que se imite.

Ni la virtud ni los talentos tienen precio, ni pueden compensarse con dinero sin degradarlos.

Ninguna cosa tiene su valor real, ni efectivo en sí mismo, solo tiene el que nosotros le queremos dar; y este se liga precisamente a la necesidad que tengamos en ella; a los medios de satisfacer esta inclinación, a los deseos de lograrla y a su escasez y abundancia.

Me hierve la sangre, al observar tanto obstáculo, tantas dificultades que se vencerían rápidamente si hubiera un poco de interés por la patria.

Parece que la injusticia tiene en nosotros más abrigo que la justicia.

¿Qué otra cosa son los individuos de un gobierno, que los agentes de negocios de la sociedad, para arreglarlos y dirigirlos del modo que conforme al interés público? 

Renuncio a mi sueldo de vocal de la Primera Junta de Gobierno porque mis principios así me lo exigen.

Sin educación, en balde es cansarse, nunca seremos más que lo que desgraciadamente somos.

La vida es nada si la libertad se pierde.

Por Roberto Armando Bravo.

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