Hace unos años (no más de siete u ocho) la Municipalidad de San Rafael licitó la limpieza de cunetas. La labor se hizo hundiendo palas a no más de 20 cm. “Es lo que dice el contrato de concesión” argumentaban los trabajadores cuando los vecinos les apuntaban que quedaban pandas. Lógicamente, al poco tiempo estaban como antes del operativo.
Pero eso no es todo. El contrato suscripto no contemplaba la limpieza de puentes y hubo que convocar a otra licitación con su partida de dinero correspondiente. Increíble. Increíble porque las cunetas tienen puentes para atravesarlas. Se trata de un cauce. Cuando la limpieza de canales de riego, uno no imagina al Departamento General de Irrigación pagando dos veces por un solo trabajo.
Los puentes fueron despejados con el mismo criterio que las acequias por lo que al poco tiempo volvieron a quedar obstruidos.
Aquellos desaciertos fueron solventados por el bolsillo de todos los contribuyentes, claro está.
Las lluvias han puesto al descubierto desaciertos como el apuntado porque tampoco hay una rutina de limpieza. Que nos afecte El Niño no es culpa de nuestros gobernantes, aunque carecieron de previsibilidad.
Es verdad que los vecinos no colaboran con la limpieza, al menos no como debieran, pero tampoco son los villanos de la película.
Por Roberto Armando Bravo.
Foto de inicio: www.sanrafael.gov.ar
