La hazaña cumplirá los 44. Es joven.
Es una tarde de la primavera de 1972. Para la cancha de Pedal han partido camiones con pasaje excedido, camionetas bien chatas por el peso, autos, motos y hasta bicicletas. Unos pocos, fundamentalmente señoras y señoritas, se han quedado en Rama Caída y vivirán el acontecimiento por Lv4. Es que Rincón del Atuel, uno de los clubes más nuevos de la LSRF, jugará una final para subir a Primera División.
Atrás ha quedado la semifinal de la Zona Distritos que los Verdes le han ganado a El Tropezón en Pedal. Pero hace una semana, en la primera final ante El Porvenir (ganador de la Zona Centro), han mordido el polvo en Deportivo Argentino al caer 1-0.
El desquite en el La Fortaleza de Cemento es tal: tras los noventa han triunfado por la mínima y se viene el alargue. Hay fe porque saben que aflorarán virtudes desequilibrantes. Los cuatro Alías, los dos Toro, Nito Astorga, Roberto Asencio, el Mono Fernández, Mandolessi chico, Martínez, Brocal, Maya, Sosa y hasta el pibito Garello (desde adentro o desde afuera) se ponen el equipo al hombro y el Palito Mandolessi se viste de delantero y convierte dos goles. Gloria y delirio ¡somos de primera dicen al abrazarse con el D.T. Moyano, dirigentes, allegados e hinchas!
La caravana enfila hacia el centro, da varias vueltas y toma por Balloffet hacia Ejército de Los Andes.
Mientras tanto, en La Primavera, “abren la cancha” y los portones quedan de par en par para que entre toda la alegría.
Casi de noche, vuelven a las casas hombres sudorosos de felicidad.
Ha llegado a su fin un domingo inolvidable.
Por Roberto Armando Bravo.
El domingo les ganamos nuevamente, pedalinos fanfarrones!