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Un buen fiscal

En el Conurbano bonaerense, un hombre abusó en reiteradas oportunidades de su hijastra de solo diez años. Como consecuencia de ello, la niña quedó embarazada. Por decisión judicial, la pequeña fue sometida a Cámara Gesell y confirmó los vejámenes que padeció (La Cámara Gesell fue creada por el psicólogo y pediatra estadounidense Arnold Gesell para observar la conducta de niños sin que sean perturbados ni les altere la presencia de personas extraña).

La historia, de hace algunos meses, podría ser una de tantas salvo por el rol del fiscal interviniente: no solo encarceló al autor del aberrante hecho; también encerró a la madre biológica. Su decisión la fundó en que la mujer no podía ignorar lo que sucedía ya que, ante las quejas de su pequeña, muchas veces respondía con un “lo habrás provocado”. Además, la dejaba librada a su suerte al salir asiduamente por las noches a sabiendas de que sería sometida sexualmente por su compañero. Para ello, el fiscal usó la figura de abandono de persona. Para ambos pidió una pena de 25 años; un juicio decidirá.

Es destacable lo del fiscal: no pocos sospechan que, aunque sea difícil probarlo, más de una madre tiene conocimiento de abusos (de la naturaleza que fuere) de sus parejas para con sus hijos biológicos.

Por Roberto Armando Bravo.

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