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Radio: loco lindo

Corría 1918. La Primera Guerra Mundial estaba llegando a su fin. La gente comenzaba a permitirse alguna sonrisa. Lejos de la tragedia, a miles de kilómetros, alguien armaba una maleta para ir al lugar de los hechos. Se trataba del médico argentino Enrique Telémaco Susini quien partió al Viejo Mundo desde el puerto de Buenos Aires.

Dada su especialidad, Otorrinolaringología, al facultativo le animaba la posibilidad de conocer más sobre las afecciones respiratorias que padecían los soldados, producto del uso de armamento. Arribó a una París bohemia con la que se sintió muy identificado. Allí podía escuchar música clásica en vivo, algo que lo apasionaba.

Paseando a orillas del Río Sena, un día Susini encontró un equipo de radio abandonado. Junto a él, lámparas y válvulas. Como pudo, lo pego a su cuerpo cubriéndolo con un enorme sobretodo con el que se protegía del frío reinante. Así lo hizo en el puerto parisino y durante toda la travesía que representó el retorno. Ya en tierras porteñas no tuvo inconvenientes: a nadie interesaban esos bártulos.

El hallazgo provocó en el médico inquietudes varias, entre ellas aprender a poner el equipo en funcionamiento. Una vez que lo logró, se propuso usarlo y, dada su preferencia, buscó a unos amigos para que le ayudaran a transmitir  un concierto desde el Teatro Coliseo. Aparecieron en escena César Guerrico, Luis Romero Carranza y Miguel Mujica que se las ingeniaron para instalar una antena en la azotea de Cerrito y Charcas y un micrófono en el recinto. No fue tan simple: durante varias horas debieron lidiar con cables, hilos, bobinas, alambres, bocinas y su inexperiencia.

«Señoras y señores: La sociedad Radio Argentina les presenta hoy el festival sacro de Ricardo Wagner, Parsifal» se escuchó en la apertura. La emisión duró aproximadamente 3 horas y la escucharon unas 50 personas.

Aquel 27 de agosto de 1920 pasó a la historia como el día de la primera transmisión de radio en el mundo. También como el de los locos sueños hechos realidad.

Por Roberto Armando Bravo.

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