Año a año, esta época es muy significativa para los productores agrícolas.
Tienen un alto nivel de preocupación por las contingencias climáticas. Ya hubo tormentas de granizo y se esperan más con todo el daño que producen (en ocasiones residual para las próximas campañas). Al tiempo, las lluvias superan largamente la media. Tanta humedad afecta la sanidad de los cultivos y los bolsillos: hay que realizar desusadas inversiones para curar. Para colmo, por la vigencia del mal tiempo, hay pocos días para hacerlo.
Asimismo se dan (con industriales y funcionarios de las áreas administrativas públicas pertinentes) negociaciones por los precios con sus clásicos “tironeos”.
Superada esta etapa, tendrán que levantar la cosecha. Para ello necesitarán contar con las herramientas financieras que el gobierno disponga.
En cada una de estas etapas estará siempre latente el desafío de mejorar el proceso industrial de transformar lo perecedero en imperecedero.
Vive momentos de definiciones, entonces, el noble desafío de extraer los frutos de la tierra.
Por Roberto Armando Bravo.
Fotos: tomadas el 10 de enero de 2015 en finca de la familia Troncoso, Cuadro Nacional.