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La necesidad tiene cara de chinos

El acuerdo que en su momento firmó la ex presidenta Cristina Fernández viuda de Kirchner con China (avalado por el Congreso Nacional) generó el rechazo de los industriales argentinos.

Por caso, no hubo objeciones por los trenes comprados porque su fabricación fue muy buena. Aunque no dejaron de preguntarse cuántos puestos de trabajo se hubieran generado si se construían en el país, asegurando que hay empresas a la altura de la demanda.

Esa legislación, y fundamentalmente la situación financiera de Argentina hoy, hacen temer por lo que denominan el Desembarco Chino con las herramientas necesarias (dólares/euros).

Esos paquetes vienen como anillo al dedo para naciones emergentes que, como la nuestra, están en dificultades e imposibilitadas para hacer obras de infraestructura importantes. Pero hay costos: provocan importantes daños a las empresas locales que quedan en desventaja competitiva.

El acuerdo del gobierno anterior habilita a los chinos a traer mano de obra que tendrá las mismas condiciones que un trabajador argentino. Además, si cuenta con la financiación para determinada obra, la empresa extranjera podrá realizarla sin necesidad de ir a licitación alguna, beneficio que no tienen sus pares locales.

Los industriales argentinos confían en que el gobierno de Mauricio Macri no acepte esos términos.

Por ahora, cruzan los dedos.

Por Roberto Armando Bravo.

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