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Extravío

Se ha perdido un bien llamado palabra. Quien lo encuentre y pueda devolverlo a sus pares se sentirá gratificado.
Es, por siglos, el arma más importante para regular las relaciones de los integrantes de la sociedad. Sin ese patrón, no todos marchan como es debido, ¿será por eso que tantos chocan?
La palabra es compromiso, honor, verdad, sinceridad; es esfuerzo en procura del cumplimiento. A la palabra poco le importa, aunque sea necesaria, una firma, un aval. La palabra es anterior; es más vieja y, por ende, más sabia.
La palabra tiene efectos preventivos. Cuando prima, no tienen lugar controversias ni litigios.
Influye en el bienestar total de cada ser, desechando agobio, culpas, vergüenza; beneficia la imagen permitiendo alzar la frente, desencorvar la espalda, caminar libremente sin andar esquivando lugares.
La palabra cumplida mayoritariamente es el mejor anticuerpo contra un montón de males que aquejan la salud espiritual, psíquica y física de la población.
La palabra es, sencillamente, irreemplazable.

Por Roberto Armando Bravo. 

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