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Elaboración a la vista

Seducen a los consumidores aquellos lugares donde ven cómo preparan las comidas y alimentos que han encargado y comprarán.

No les anima estar encima de los que manufacturan; saben que eso no corresponde. Pero les resulta agradable comprobar una infraestructura para la higiene, vestimenta, aspecto físico, que no haya animales y hasta el modo en que mueven las manos quienes hacen.

En países periféricos, por caso Brasil, las excepciones las constituyen quienes no elaboran a la vista. Y eso les hace bajar puntos respecto de la consideración. No son bien vistos.

En San Rafael, uno advierte que quienes muestran son varios, aunque restan muchos que no lo hacen.

Es más; hay demasiados que no solo NO elaboran a la vista sino que operan en lugares ocultos por altos paredones y portones ciegos.

Ello dificulta el acceso de inspectores. Algunos cuentan que hay sitios donde ni golpean porque saben que no les van a abrir. Y las señales de actividad (ruidos, chimeneas humeantes, olores y demás) son claras.

Antes de 2003, el Boletín Municipal que se repartía a los medios de comunicación (entonces escrito) iba acompañado de un detalle de inspecciones y sanciones a panaderías, confiterías, carnicerías, verdulerías, mercaditos, supermercados, etc.

Sin ese informe la gente desconoce si existen controles a industrias y comercios proveedores de alimentos y, si se hacen, cuál es el criterio de los funcionarios para determinar frecuencias y rubros a inspeccionar.

boletin
El Boletín Municipal, que se entregaba antes de 2003.

Por Roberto Armando Bravo.

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