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El sentido común

No aportaremos nada revelador, pero intentaremos una definición a modo de introducción.

Podríamos decir que el sentido común es la capacidad de razonar y actuar de modo prudente, lógico y válido.

Deberíamos agregar que está relacionado con el respeto de reglas y prevenciones que crea una sociedad.

A diario se observa un comportamiento reñido con usos y costumbres. Y es creciente. Transgredir se ha convertido en algo cotidiano.

Una simple observación permite comprobarlo.

En una intersección de avenidas, al menos un vehículo cruza después del semáforo en rojo; especula con la fracción de segundos que le da la característica de los cuatro tiempos.

La acción ignora que un peatón ya puede haber puesto un pie en la calle. También que motos y bicicletas despegan más rápidamente que otros rodados de mayor porte.

Quien está habilitado para cruzar a pie debe soportar aceleradas (cuando no avances) de un “apurado” porque cambió el semáforo.

Del mismo modo, es frecuente que deba salir de la senda peatonal porque un automotor la ocupa y no tiene intención de retroceder.

Un conductor no cede la derecha porque va concentrado hablando por celular.

Se rompió una bolsa de basura, la dueña lo sabe (los pañales son de sus niños) pero no se da por enterada.

Muchos producen ruidos molestos a sabiendas de que alteran el descanso de otros. Quienes deben aplicar la ordenanza que lo impide o sanciona brillan por su ausencia.

También hay inacción respecto a la quema de basura en las esquinas de barrios periféricos (¿basura o cosas robadas al bulto que no tienen valor?).

La lista continuará.

Por Roberto Armando Bravo.

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