Estiman que los primeros senderos fueron producto del andar de los animales. En contraposición, señalan que los animales nunca realizan el mismo camino. Una tercera teoría (la del Camino del Deseo) sostiene que ambas especies lo hicieron juntas.
Las opiniones no hacen otra cosa que significar la importancia de los caminos. Una definición contemporánea diría que “son una manifestación de la forma en que los grupos humanos organizan el espacio social a partir de la disponibilidad geográfica”.
Sin dejar de destacar la planificación cultural (y hasta el diseño) los caminos son verdaderos medios para el intercambio. Con una red cuantitativamente y cualitativamente considerable, fluyen comercio y servicios dentro y fuera de las fronteras.
Los argentinos lo saben y por eso valoran proyectos y construcciones.
No es casual que nuestro país (y algunos otros pocos) tengan un día en su calendario dedicado al camino. Ello se decidió en Buenos aires cuando, en 1925, se desarrolló el Primer Congreso Panamericano de Carreteras.
Además, quedó grabado en las mentes de los escolares de hace más de medio siglo cuando dibujos y composiciones aludían a la trascendencia de los caminos.
Por Roberto Armando Bravo.
