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Apolonia y la odontología

Cuenta la historia que en el siglo III D.C., en una de las tantas olas anticristianas durante la época romana, un grupo de soldados capturó a una mujer virgen de edad avanzada llamada Apolonia. La torturaron arrancándole los dientes para que se arrepintiera de su fe.

No lo hizo y fue condenada a la hoguera. Antes del final, pidió le soltaran las manos haciendo creer que después del gesto reconsideraría su postura. Sin embargo, y para sorpresa de los soldados, ella misma se arrojó al fuego.

Narra la leyenda que, mientras se quemaba, instaba a todos a que invocaran su nombre cuando tuvieran dolencias dentales; ella intercedería ante Dios por un alivio.

Medio siglo después, Apolonia fue canonizada por su entrega y abnegación cristiana por lo que pasó a ser Santa Apolonia. Sin embargo cayó en el olvido y no fue hasta el siglo XIV cuando volvió a emerger en la liturgia católica.

En el Segundo Congreso Médico Latinoamericano de 1925, se decidió que cada 3 de octubre se celebre el día de la Odontología (y consecuentemente del Odontólogo) en honor al aniversario de la creación de la Federación de la Odontología Latinoamericana (Chile, 1917).

Asimismo, los profesionales Católicos decidieron que la patrona de la profesión fuera Santa Apolonia.

En muchos lugares donde profesan ese culto, hoy se celebra una misa en acción de gracias para recordarla.

Credo al margen, la gente con acceso a las prestaciones agradece a quienes ponen todos sus conocimientos en procura de bocas saludables.

Por Roberto Armando Bravo.

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