in

Aborto: desamparo

Han resuelto interrumpir lo que la naturaleza humana decidió. La determinación es conjunta por lo que a ellos les parece lógico y hasta casi justo. Lo mismo sucede cuando es individual. Quien gesta en su vientre se cree con derechos que no tiene. Quien puso “la semillita”, aunque con otros argumentos, también.

No pensarán solidariamente en el dolor y frustración de aquellas mujeres que vieron interrumpido su embarazo naturalmente o por justificadas razones médicas.

Tampoco les faltarán excusas para justificarse. “No hemos formalizado, “no es el momento”, “somos muy jóvenes (o “nos pasamos de edad”), “la situación económica nos lo impide”, “¡qué dirán!”. A la orden del día “razones” personales, sociales, materiales y otras, menos las humanas.

Con argumentos para responder al porqué, rechazarán cualquier pensamiento que tenga que ver con el cómo. ¿Cómo se hace un aborto en la práctica?, ¿se mata al embrión o feto?, ¿se lo saca a pedacitos?, ¿siente? si es así ¿sufre? No buscarán las respuestas; de ningún modo.

Un niño por nacer no tiene voz ni voto pero tiene el derecho a vivir. Simplemente, cuando Dios y la ciencia lo posibiliten, dejémoslo.

Por Roberto Armando Bravo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Entre Lobos se entienden

1967 – Primer mendocino al Nacional: San Martín