En la última etapa del Gran Premio de América del Sur (Valera-Caracas) el auto de Juan Gálvez se metió en una zanja. Se pararon para sacarlo su hermano Oscar, Toscanito Marimón, Eusebio Marsilla y el alvearense Víctor García.
Respetando los códigos de entonces, Marimón -el mayor- sentenció: “no sigue nadie hasta que no saquemos el auto de Juancito”. Víctor García se le cercó, y le imploró: “Gordito, por favor, dejame ganar la etapa; la gente de General Alvear, mi pueblo, está esperando que le dé alguna satisfacción. Dejame ir, te lo pido por favor”. Toscanito semblanteó al resto y respondió: “está bien García ¡Pero ganala vos!”.
Obediente, Víctor García ganó la 14ta y última etapa. Para recorrer los 677 kilómetros entre Valera y Caracas su Ford empleó 7 H, 49′, 56» a un promedio de 86,259 Km/h. Es decir que, pese a que la Buenos Aires-Caracas la ganó el Chivo de Marimón, el de General Alvear fue el primero en arribar a la capital venezolana y quedó séptimo en la General. Atrás quedaba un total de 9.576 Km que demandó un tiempo de más de 118 horas.
La carrera (que se corrió por única vez) fue tan dura que de 138 máquinas que largaron solo llegaron 44 tras recorrer siete naciones: Argentina, Chile, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela.
Aguilucho desclasificado
Oscar Gálvez ganó siete de las catorce etapas pero fue desclasificado porque su Ford arribó a la meta empujado por un auto particular; Juan Gálvez triunfó en 5; Juan Manuel Fangio en 1 y la restante fue para Víctor García.
Para la vuelta solo se computó el trayecto Lima – Buenos Aires, que demandó un recorrido que fue la mitad del empleado en la ida. Aquellas Cupecitas pasaron por Mendoza.
¡Ah! Y la gente de General Alvear tuvo la gran satisfacción deseada por uno de los corredores más emblemáticos de Mendoza toda.
Por Roberto Armando Bravo.