El campeonato de ascenso de 1959, además de dejarle a El Porvenir el sabor dulce de la conquista -y por ende el ascenso a Primera- también tuvo como saldo positivo la aparición de un jugador muy interesante.
Cuando comenzó la temporada (y con la dirigencia Albirroja muy entusiasmada) el director técnico Pedro Amestoy tomó la camiseta número once, llamó al pibe José Weber (de él hablamos) y el mensaje que le dio fue más o menos este: “defiéndala con el corazón y juegue como sabe”.
Pepe se tomó en serio las recomendaciones: además de dejar el alma en cada partido, actuó como volante (por izquierda o derecha) marcando una interesante cantidad de goles merced de su muy buen remate con pelota quieta o en movimiento.
En primera
Estuvo poco, apenas para saborear el Preparación ’60, porque Godoy Cruz se lo llevó para la Liga Mendocina.
Volvió a San Rafael para ser campeón con Huracán en 1963. En el Globo se quedó hasta mediados de la década y luego encontró un lugar en Deportivo Argentino. Con la Academia fue Campeón en 1969 y el sello de su personalidad también tuvo expresión en los fuertes seleccionados de entonces.
De tal palo…
Con características similares, su hijo Alejandro también supo de festejos: fue Campeón con Sportivo Pedal Club en los torneos 1987, 1991 y 1993.
Por Roberto Armando Bravo.