Desde hace un tiempo, la industria vitivinícola se ha encargado de difundir campañas que reflejan buena convivencia, amistad, sociabilización. Otras, han puesto el acento en lo saludable de la ingesta: “polifenoles y resveratrol ayudan a reducir el estrés oxidativo” (Wine Information Council).
También, a través de bodegas argentinas, promueve el consumo responsable enseñando las implicancias negativas como el consumo excesivo y concentrado los fines de semana.
Asimismo, sugiere que “se perciba como una bebida moderna, arraigada a la cultura nacional con un consumo inteligente, sustentable y placentero para disfrutarla”.
Además (por acuerdo de cooperación entre esta entidad y el Instituto Nacional de Cine y Artes audiovisuales), antes de cada exhibición de películas, se proyecta el video institucional de Wine in Moderation lo que puede calificarse como un buen trago para el espíritu.
En todos los casos hay una actitud positiva, optimista, que va superando definitivamente los resabios de medio siglo atrás donde el vino era cosa de borrachos o frustrados.
Por Roberto Armando Bravo.
