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En el lugar justo y en el momento exacto

En 1982, San Lorenzo de Almagro disputaba el campeonato de primera «B» de A.F.A. y era furor más por los de afuera que por los de adentro.

Así es que batía record de recaudación y el partido frente a Tigre, en River, se constituyó en el que más gente convocó en la historia del ascenso argentino: se vendieron 46.059 entradas, aunque se estimó que habían unas 60.000 almas. Más aún: fue el de mayor expendio de boletos en la temporada incluyendo la primera división.

Uno de los privilegiados que estuvo esa tarde de sábado en Núñez, con la número tres de Tigre, fue José Lito Álvarez. Por si fuera poco los medios destacaron su labor, citándolo como el culpable de que el Ciclón no pudiera marcar goles (terminaron 0-0).

Lito Álvarez. Marcador lateral izquierdo de Huracán en el Torneo Nacional 1981.

Lito Álvarez llegó desde su General Alvear natal a Huracán en 1980; el ojo clínico de Eleazar Tercilla lo había convocado junto a Walter Llentilín y ambos le darían la razón al entrenador.

Es que, ese año, el Turco comenzó a sentar las bases de un gran equipo. El Globo ganó el certamen anual y clasificó para el Regional. También hizo suyo el Torneo Federal, de modo que disputó el Nacional 1981.

Las estadísticas dicen que Lito jugó todos los encuentros de Huracán (trece) pero, además, El Gráfico, Goles y Clarín lo incorporaron en el «seleccionado de la fecha» (modalidad de entonces) en más de una oportunidad.

Llegó en silencio y con la nada fácil misión de reemplazar a Jorge Pont. Cumplió.

Por Roberto Armando Bravo.

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