Retirado desde 2004, tras una carrera que lo vio convirtiendo infinidad de goles en Atlético San Luis, Deportivo Argentino, Sportivo Pedal Club, Rincón del Atuel, Huracán, San Martín de Monte Comán, San Martín (Mendoza) y Cipolletti (Río Negro), a los 49 años Jorge Carrizo se dedica a buscar futuros talentos, a los que lleva a probar a Estudiantes (La Plata) y Godoy Cruz.
El Matador dialogó con InfoBravo y contó que su actual trabajo comenzó en 2006, cuando Eduardo Bocha Flores (volante y pieza fundamental del Estudiantes de Osvaldo Zubeldía a fines de los sesenta) vino al Polideportivo N° 1 a probar jugadores.
A Flores lo conoció por intermedio del P.F. Valerio García, a quien a su vez contactó gracias otro profe: Daniel García, ex preparador del Globo y el Ferroviario en el plano local.
“Hicimos una muy buena amistad con el Bocha; voy seguido a La Plata y lo llamo cada quince días”, señaló Carrizo, al tiempo que dejó una anécdota con otro histórico del Pincha: “él llamó a Juan Ramón Verón para que viniese de vacaciones a San Rafael, y a las dos semanas la Bruja vino con su esposa y un matrimonio amigo”.
Tras esa primera experiencia, Carrizo lleva jugadores a Estudiantes dos veces al año: en las vacaciones de invierno y diciembre. “Llevé a un montón y quedaron Sergio Modón, Franco Sorroche, Franco Osez, Bruno Valdez, Ignacio Salinas, Pablo Fernández, Simón Pérez, Tobías Barroso, Sebastián Colombatti, Joaquín Hernández, Rodrigo Mansur y Santiago Belmonte, entre otros”, indicó.
El exdelantero también acerca jugadores a Godoy Cruz, en la primera quincena de enero o, excepcionalmente, si surge algún “distinto”; en el Bodeguero tiene una gran relación con el histórico Daniel Oldrá (encargado de las Inferiores), a quien enfrentó como jugador.
El contacto con el Tomba también se dio por su relación con Manuel Villalobos, con el cual compartió equipo en el Azuloro sanrafaelino. “El ambiente del fútbol es grato, de armonía y relación”, subrayó el Matador.
Al Expreso ha llevado, entre otros, a Gianluca Conforti, Gastón Pedernera, Martín Velgas, Gabriel Rivas, Ezequiel Tejada, Damián Parejas, Lucas Tail, los hermanos Pacheco de Malargüe y Francisco Centeno.
Consultado por cómo es su modo de trabajo, Carrizo señaló que “yo veo y también, cuando me dicen de algún chico, le hago un seguimiento; trato de ver todo”.
Respecto a qué posiciones son las más buscadas en la actualidad, confió que se buscan “delanteros altos y goleadores, centrales altos y técnicos, y volantes rápidos y técnicos”, pero el encontrarlos no es fácil ya que “se han terminado los campitos y canchitas; no hay potrero y falta la picardía y lo natural de cada jugador”.
En la misma línea, indicó que cada vez le exigen futbolistas más chicos: “en Infantiles llevo chicos menores de doce años”, puntualizó.
Carrizo recibe el asesoramiento de Martín Vilallonga, quien “nos apoya y ayuda mucho con los chicos en los viajes” y actualmente es el D.T. alterno de Antonio Mohamed en Monterrey de México.
Además de observar a los futuros talentos, Carrizo ha dirigido en la Primera local, a Deportivo Argentino y Huracán; en el Globito compartió labor con su hermano Roberto y Hugo César González. “Son cosas distintas pero lindas las dos: dirigir es una pasión y se vive mucho, como jugar; observar talentos se disfruta”, reconoció el Matador, quien no descarta volver a dirigir si se dan las condiciones necesarias.
Jorge Carrizo, extraordinario goleador del fútbol local en los ochenta y noventa, utiliza el gran olfato que lo caracterizó ya no para hacer goles, sino para captar futuros talentos. Lo disfruta, como a él los equipos por los que pasó.
Por Roberto Bravo. Fotos: gentileza de Jorge Carrizo.
