Joaquín Carrión se convirtió en los últimos días en nuevo delantero de A.C.D. Società Sportiva Maceratese 1922, club de Macerata, municipio ubicado en la región Las Marcas, en el centro este del país europeo.
Maceratese 1922 juega en la Promozione, sexta división del fútbol italiano, al igual que los otros clubes italianos en los que militó Carrión desde que dejó Atlético Pilares hace un año: Civitanovese Calcio y A.S.D. Camerano Calcio.
En Civitanovese convirtió tres goles por el torneo y uno por Copa Italia; en Camerano, en tanto, marcó seis.
Carrión charló con InfoBravo, con cinco horas de diferencia, y señaló: “tenía mejores propuestas en cuanto a lo económico pero me decidí por Maceratese ya que es uno de los equipos más grandes de la región”.
En la misma línea añadió; “además, queremos seguir viviendo en la región, primero porque me quiero hacer un nombre acá, segundo porque Carolina (su novia) trabaja aquí y también porque tenemos nuestro entorno de amigos (argentinos e italianos)”.
Maceratese 1922, fundado hace 98 años bajo el nombre Unione Calcistica Maceratese, llegó a jugar la Serie B, segunda categoría del fútbol italiano.
En cuanto a los objetivos deportivos, el punta señaló que uno de ellos es poder ascender de categoría; además, “hacer las cosas bien para poder dar el salto; es una gran vidriera porque es un equipo importante y televisan los partidos”.
Carrión disfruta los últimos días de descanso (y trabajo en un balneario) ya que el próximo lunes comenzará la pretemporada. Antes, el jueves, será presentado en sociedad junto a otros refuerzos.
Carrera
A los 14 años Carrión se fue a jugar a Gimnasia y Esgrima (La Plata), club en el que estuvo durante dos años en 8va y 7ma; luego militó tres años en Godoy Cruz (5ta y dos años en Reserva) y uno en Arsenal de Sarandí (4ta).
En San Rafael surgió en Deportivo Argentino y luego pasó por Huracán, Deportivo Goudge, Sportivo Pedal Club y Atlético Pilares, donde tuvo dos etapas (una antes de jugar en el Celeste). Desde agosto de 2019 su carrera siguió en Italia.
Por Roberto Bravo.
